miércoles, 23 de marzo de 2016

son los actos voluntarios , consientes y libres de una elección y la realización de fines , con una aceptación responsable de las consecuencias.

Los elementos consecutivos del sujeto moral son los siguientes:
  • Intencionalidad
  • Consecuencias
  • Objetivo de acción
  • Circunstancias

Los actos morales son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar o no, y que podemos valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. Ante la posibilidad de elegir, el primer elemento de estos actos que se nos muestra es la existencia de un motivo para los mismos. El motivo es la causa directa de la realización del acto, la respuesta a la pregunta '¿por qué?'. Además, este tipo de actos tiene un fin, esto es, la representación o anticipación mental del resultado que se pretende alcanzar con la acción. El fin se hallaría respondiendo a la pregunta '¿para qué?' Pero la finalidad que se pretende conseguir con cualquiera de estos actos ha de conseguirse de algún modo. Cuando hablamos de los pasos que hay que seguir necesariamente para completar el acto moral, para conseguir el fin propuesto, estamos hablando de los medios. Estos se hallan respondiendo a la pregunta '¿cómo?' El elemento que completa la estructura de los actos morales es el resultado efectivo de los mismos, sus consecuencias.







Intencionalidad : es un término filosófico  que se refiere a la propiedad de los hechos con referencia de la mente (o hechos psíquicos) por los que ésta indica, hace referencia o se dirige a un objeto (externo o interno). Es un tema que ha tomado relevancia desde la segunda mitad del siglo XX, y está en la raíz de la de la corriente fenomenología . Más tardíamente, está presente también en la filosofía del lenguaje y de la mente.


Consecuencias: hace referencia a todas aquellas teorías que sostienen que los fines de una acción suponen la base de cualquier apreciación moral que se haga sobre dicha acción. Así, siguiendo esta doctrina, una acción moralmente correcta es la que conlleva buenas consecuencias y buenos actos. se distingue de la deontología ética en que ésta enfatiza el tipo de acción en lugar de sus consecuencias. También difiere de la ética de la virtud, la cual se centra en la importancia en las motivaciones del agente.


Objeto de acción: que influyen en el valor de la acción están señaladas en este antiguo verso mnemotécnico: Quis, quid, ubi, quibus auxiliis, clar, quomodo, quando. Lo que significa que el grado y especie del valor moral de la acción depende de mil particularidades y aspectos que afectan a la persona, al objeto, al lugar, al tiempo, a los medios y modo empleados, a los motivos que mueven de fuera o de dentro, como también de los efectos que son de prever, aunque acaso no queridos. Cada uno de estos datos determina la imagen moral de la acción, no sólo de por sí, sino también con el concurso particular de las demás circunstancias.

Circunstancias: La razón de que deba considerar las circunstancias es muy sencilla: el objeto moral permite dar una descripción de la decisión-acción. Sin embargo, esa descripción se puede quedar corta en el caso de ciertas acciones. Así, matar voluntaria e injustamente a una persona se llama asesinar. Y "asesinar" es un objeto moral. Si se añade la circunstancia de que el asesinado tiene vínculos estrechos de parentesco con el asesino, el pecado pasa de llamarse asesinato a llamarse parricidio, una especie moral u objeto moral diferente.











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